jueves, 22 de mayo de 2008

CHEEKY EN EL OJO DE LA TORMENTA


El caso de Cheeky y los talleres con trabajadores esclavos.

Por Ma. Celeste Paulos

La empresa Cheeky S.A. había sido denunciada por violar las leyes del trabajo. Se habían descubrierto talleres clandestinos que explotaban a sus trabajadores y los privaban ilegítimamente de su libertad.

En 1999, la socióloga canadiense Naomi Klein vendía millones de ejemplares de su libro “No Logo”, en donde describía el poder de las grandes marcas mundiales y sus prácticas non sanctas. Allí la autora se preguntaba por qué algunas de las marcas mas respetadas del mundo estaban haciendo acusadas de virulentas campañas en su contra. No es necesario leer “No Logo” para enterarnos de este tipo de prácticas, que también se dan en varios barrios porteños y en los municipios del Gran Buenos Aires.


Saladita, Saladita.....

La Salada, la feria ilegal más grande de América latina, fue identificada recientemente por la Unión Europea (U.E.) como un emblema mundial del comercio y la producción de mercadería falsificada.
La Salada comenzó en 1991 con un puñado de bolivianos que se instalaron a vender ropas importadas y comida en terrenos abandonados en la localidad lomense de Ingeniero Budge, que en tiempos de Perón estaban acondicionados como balnearios. Como vieron que el negocio era redituable reunieron a sus familias y, cuando llegaron a las 430 personas, armaron Urkupiña S.A, que sumando nuevos socios se dividió en Cooperativa Ocean y Punta Mogotes S.A.
Miles de puestos ofrecen prendas de "marca": productos falsos que generan ganancias de US$ 9 millones por semana.


Caballo troyano, una gran sorpresa…

El martes 16 de enero de 2007, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó una denuncia penal contra la industria textil de ropa infantil Cheeky S.A. A partir de un relevamiento se detectaron 4 talleres que trabajaban para la marca, con empleados indocumentados, violando las leyes de trabajo, migraciones y hasta se registraron casos de privación ilegítima de la libertad.
Estos talleres habían sido declarados como proveedores por la marca Cheek S.A. La repercusión negativa en la imagen de marca fue muy agresiva, por los atributos asociados a la misma de calidez, niñez, ternura, ingenuidad. Se produjo una contradicción entre la imagen que se quiere mostrar, para la cual se implementan estrategias y técnicas y las que se transmiten a través de las prácticas.


¿Que dicen los medios?

Todos los medios consultados, Clarín, Nación, Fortuna, Página 12, diarios digitales, blogs, comunican la existencia de empelados indocumentados que cumplían jornadas laborales de hasta 20 horas y que cobrarían entre 10 y 30 centavos cada prenda confeccionada. Además subrayan las pésimas condiciones de higiene a las que eran sometidos.


Mas claro échale agua...

La causa cuenta con testimonios de trabajadores de estos talleres que denunciaron ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Dos de ellos declararon que durante los días laborales no podían salir del taller porque permanecían encerrados con llave. Y que en estos lugares trabajaban mujeres embarazadas y menores de edad. Cumplían jornadas laborales de hasta 20 horas y que cobrarían entre 10 y 35 centavos por prendas confeccionadas.

Se pone los pantalones…

La empresa dio sus versiones a través de un comunicado de prensa, en el cual aclara que contrata proveedores que completan parte del proceso productivo. Si bien cualquier accionar o práctica de estos es ajena a las responsabilidades de Cheeky, la misma reconoce públicamente la desvinculación comercial con todos aquellos que no cumplan con las normas legales vigentes del país.
A pesar de esta exposición la denuncia permaneció porque la empresa tiene la obligación de conocer en las condiciones que trabajan estos talleres.


Plaza Publica…

Pese a las sucesivas denuncias mediáticas, los talleres siguen funcionando ilegalmente por la conveniencia de los explotadores con la policía y la falta de conciencia de la ciudadanía que sigue prefiriendo comprar glamour barato mas allá que la diferencia del precio que se paga implique la dignidad y libertad de miles de personas.
En los blogs fueron múltiples las opiniones respecto de los talleres clandestinos; puntualmente el ciudadano refleja su indignación por tener que cumplir con tareas del estado como por ejemplo pedir constancias de CUIT, de IBB, de IVA. Sostienen la necesidad de responsabilidad y concientización para denunciar casos conocidos.


Como toda crisis, siempre puede ser una opción para la aparición de nuevas oportunidades y cambios. Además del comunicado de prensa del cual se desligaba de sus responsabilidades, Cheeky debería haber iniciado alguna campaña de concientización y defensa de los trabajadores esclavos, a través de alianzas con fundaciones y organizaciones que tengan este objetivo, difundir canales de denuncia del trabajo ilegal, comenzar a apoyar o gestionar (a través de acciones de lobbying) una ley que proteja a los trabajadores y reflejar o materializar su responsabilidad en acciones concretas.
Hoy en día la sociedad exige un compromiso responsable por parte de de la empresa, y una crisis como ésta mancha la imagen y trayectoria de las marcas, así como también ensucia su reputación y desvaloriza cualquier tipo de acción que responda a su plan integral de marketing y comunicación.

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